¡Hola, lectores! ¿Cómo están?
Llevo un tiempo sin aparecerme por acá pues la vida, pero
ayer terminé de ver una serie que esperé muchísimo y sentí unas ganas locas de
venir a hablar sobre ella aquí. No porque la haya amado, que conste, sino por
lo muy decepcionada que me siento.
Se trata de Valeria, la serie que Netflix adaptó de la saga
“Valeria” de Elísabet Benavent, una de mis autoras favoritas. La realidad es
que desde que Beta anunció que iba a haber una serie, estuve cómo loca
imaginándola, y al ser una historia que amo, la decepción caló hondo.
Esta review contiene spoiler de los libros y de la serie.
Seguí adelante solo si los leíste/viste o no estás interesado/a, sino, pues pa
casita.
Mi experiencia se reduce a meses de espera y dos días de
maratón. La serie no es que esté mal, supongo que para quién no leyó los libros
puede que le resulte entretenida, pero no mucho más. Le falta algo, la chispa
que te engancha en una historia que se te mete por los ojos en los primeros
minutos del primer capítulo, o esos personajes que te copan de entrada y te
decís a vos mismo, sí, necesito saber más de esta persona. Y dije persona, no
personaje, que si solo fuesen personajes sería aburridísimo. Las historias no
son sobre personajes, son siempre sobre personas. No tuve eso para comprar.
Valeria es una mujer cuya vida se vino al piso, literal. Es
una escritura frustrada que, sin trabajo y con la caja de ahorro en rojo, no
consigue terminar una novela para presentar a su editora. Además de esto, su
matrimonio está muerto. Nuestra prota se casó muy joven con Adrián, un
fotógrafo divino. Tuvieron una relación preciosa, pero al día de hoy, la cosa
no solo está fría, sino que duele. Aquí hago el primer parate para hablar sobre
la relación de Valeria con Adrián. Esto me parece importante porque es uno de
los cimientos del libro y en la serie no está. La serie nos vende una historia
en la que Valeria básicamente se cansa de su marido.
Se nota que no es lo que
quiere mostrar, pero es lo logrado en pantalla. Pobre Adrián, tan bueno, tan
inocente, incapaz de lastimarla. Me molestó. Adrián si bien en el libro no es
“el malo” tampoco es un pan de Dios, y mucho menos es inocente. Quienes hayan
leído los libros me entenderán. A mí me falto la parte de culpa de Adrián, me
faltaron todas esas veces en las que Valeria intentó reconstruir su relación,
porque lo amaba, y me faltaron, por supuesto, todas esas veces en las que
sufrió porque sus intentos no daban frutos, porque a Adrián lo que le pasase a
ella lo tenía sin cuidado. Eso quería. Nada más. El resto de las cosas que
cambiaron me molestan menos (aunque por supuesto hablaré de ello más abajo)
pero el tema de Adrián me volvió loca. Me faltó Alex, me falto la forma dañina
en la que Adrián hacía sufrir a Valeria, me faltó mucho ahí. Pero, sobre todo,
me faltó la división de culpas. En esta adaptación, la culpa es de Valeria, que
le gustó otro, y me pareció una elección super mezquina e injusta para Valeria,
un personaje con tanto para dar.
Por otra parte, también me faltó la Valeria qué, al darse
cuenta de que su vida iba en picada, sacó a la persona que fue y que tenía
escondida en el ropero, le puso unos zapatos altos, la peinó un poco y la sacó
a comerse el mundo. Esa es la esencia de Valeria, la de las páginas, digo, y en
esta serie lo único que tenemos es una pobre chica arruinada y perdida que no
sabe cómo salir del marrón que tiene como vida.
Yendonos un poco más lejos y en camino al grupo de amigas
hermoso que forma esta historia, tenemos a las chicas con sus correctos nombres
y sus relaciones. El resto, lo cambiaron. Hay cosas que están muy bien, todos
sabemos que hay que hacer cambios para que un contenido audiovisual quede bien,
pero es que para mí no lo lograron. Lola me gustó mucho, me pareció la más
acertada y la más parecida al personaje del libro. Tiene su relación con Sergio
y todo pinta bien, hasta casi al final cuando la cagan. Después tenemos a
Nerea, a la que destruyeron completamente. Nerea la fría es eso, fría. Pero más
allá de eso, me robaron una historia mega divertida y tremenda en la que
comienza una relación con el jefe de Carmen, a quién esta última odia. Bueno,
este señor en la serie no existe, y que conste que de verdad era una historia
digna de contar. Más allá de eso, a Nerea la hicieron Lesbiana y la metieron en
un colectivo feminista, que está muy bien, pero que ni siquiera ahondaron muy
profundo en la información como para que tenga sentido. A lo que voy es que se
nota mucho, muchísimo, que eso solo fue una estrategia porque hoy el feminismo
y la visualización de la comunidad LGBT está de moda. Y que no se me
malinterprete, que si lo hubiesen hecho bien, estaría de puta madre. Pero ni
eso.
Carmen es uno de mis personajes favoritos. No tengo grandes
objeciones para hacer sobre su adaptación, solo que haber puesto una chica
delgada en el papel de la única persona en el libro que tenía curvas me parece
un poco horrible, porque todos somos defensores de los cuerpos no hegemónicos,
pero ¿Dónde está Carmen? Lo mismo Borja, que rompía la norma al estereotipo de
hombres que nos venden en las historias de amor. Está bien, pero lejos está del
Borja que lo hubiese hecho todo por Carmen. No entendí mucho lo que quisieron
hacer ahí.
Y por último voy a hablar de Víctor, un personaje vola
tangas que en la serie tiene una cara de nene bueno… a mí me faltó el
histeriqueo, me faltaron sus frases pinchantes, me faltó eso de “que yo te doy,
pero solo porque vos quieras y no porque estés despechada porque tu marido es
un forro”. Para mí eso era lo más precioso de Víctor, que el quería mucho con
Valeria, pero la respetaba de una manera que *suspiro, insisto VOLABA TANGAS.
Este Víctor de todas maneras está bastante bien, pero tiene poco protagonismo y
aparece en momentos en los que no sé, no me resultó cómodo.
En fin, que la historia tenía mucho potencial para reventar,
es una historia con muchos matices que abandonaron. Esta producción se quedó
con los nombres de los personajes principales, y de ahí, un nuevo abismo en el
que muchas cosas no fueron logradas.
Esta opinión no está siendo objetiva, porque la escribe una
persona muy fanática de los libros, pero quizá si no los leyeron la serie les
resulte buena, aunque traté de verla objetivamente desde el lugar de alguien
que no conoce la historia base, y para mí no lo es. Me duelen los personajes,
me duele lo que hicieron con Valeria, me duele la decepción tamaño camión
acoplado que tengo.
Si tienen la posibilidad, lean los libros, que son preciosos
y se merecen todo el amor del mundo. Quédense con el buen sabor de una historia
que, entre líneas, tiene mucho para contar.
Trailer de la serie:
Coincido en todo lo que decís. Alex es fundamental en la ruptura del matrimonio y reina por su ausencia. Me dolió que no respetaran la forma de ser de Nerea, como que quisieron quedar bien con todos, cosa imposible. Lola es la más fiel. Cómo vos esperaba ver el cambio rotundo de la Valeria dejada a la Valeria despampanante. Víctor, mi amado Víctor tampoco es quien era. Me imaginaba una Carmen sensible, quizás tímida pero con un cuerpo de curvas exuberantes. En fin, esperaba conocer otras cosas de ellos, no quería que me mostraran lo que ya leí quería más 😂😂
ResponderBorrarSi te despellejan es porque no pueden ser críticas. Amo como escribe Beta pero esta adaptación se fue al pasto.
Totalmente. Lo que más me enfureció de la serie es que Adrián es un maldito santo nene bueno que simplemente no le pega una, cuando en realidad es un adultero de hace meses, con la jovencita de Alex. Además, como vengo hablando con amigas que la vieron, lamentablemente ya no sé cómo van a salvar la serie, porque el desarrollo que sigue parte de la base del engaño de Adrián y demás. Ahora cómo van a seguir esto??? Mi reseña tampoco es objetiva, amé los libros, y esto dolió mucho ��������.
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