En realidad, no es lo fuerte que seas lo que te hará ganar
la batalla, si no lo fuerte que te muestres ante tu rival. Mientras más débil te
muestres, mas alimentaras su poder sobre ti, en cambio, si le muestras que tanto
poder puedes mantener, estarás tocando su talón de Aquiles.
No pierdes porque alguien te deje. Pierdes cuando le dejas
ver que tanto te destroza eso. Llora, grita, rompe cosas. Desahógate. Pero nunca
dejes que quien te hace daño lo vea. Sonríe, forma una pared ante tus
sentimientos. Y crece interiormente frente a lo que te traiga el destino. Siempre
viene algo mejor.
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